En una ceremonia mixta entre acto político y parqueo improvisado, llegaron a La Habana varios cargamentos con maquinaria pesada rusa: tractores soviéticos, camiones ZIL, un lote de grúas, y al menos 20 equipos cuyo uso exacto se desconoce, pero que lucen poderosos en fotos de prensa.
Según el vocero del Ministerio de Tecnología con Herrumbre, “estos equipos vienen con historia, ideología y algo de aceite original”. Junto a los vehículos, Rusia otorgó un préstamo al gobierno cubano valorado en “lo que puedan devolver en 2050 o en papas”, según palabras del embajador.
El acuerdo incluye:
-
Servicio técnico cada 4 años, siempre que se consiga una bujía original en Pinar del Río.
-
Manual en ruso a máquina, con dibujos a mano y hojas fotocopiadas.
-
Un curso online de «Cómo usar un motor soviético sin llorar».
El préstamo ha sido recibido con entusiasmo moderado:
-
Economistas afines lo califican como “una inyección de nostalgia productiva”.
-
Ciudadanos comunes temen que los tractores terminen en carnavales halando carpas.
-
Mecánicos viejos aseguran que “ahora sí hay trabajo por 40 años más”.
Fuentes no confirmadas dicen que el lote incluye una locomotora con nombre propio: “Leninita II”, y un ventilador militar que será adaptado para enfriar la zona de refrigeración política del Consejo de Estado.
🗣️ Cita destacada:
“¡Son feos, pero no preguntan!” — operador de grúa recién capacitado en ruso fonético