“Yo no sé, pero lo que sí sé es que esto está mal”: testimonio múltiple desde una cola en 23 y 12

Reportero de El Grampa sale a buscar opiniones y regresa con tres aguacates, cuatro versiones de un mismo chisme y una reflexión sin sentido.

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En pleno mediodía, con el sol perforando cráneos y las sombras en fuga, un redactor de El Grampa se lanzó al corazón palpitante de La Habana: la cola para el pollo. Allí, entre murmullos, abanicos improvisados y rumores reciclados, recogimos declaraciones callejeras tan espontáneas como contradictorias.

🗣️ Opiniones ciudadanas:

“Yo vine por detergente, pero si hay pollo, me apunto. Igual hace falta todo. Hasta paciencia.”
  — Marlén, cola-profesional y líder espiritual del quinto puesto.

“Lo único que no se pierde aquí es la desinformación. El otro día vine por rumores y me fui con esperanzas.”
  — El Flaco, jubilado con doctorado en sarcasmo aplicado.

“Lo que pasa es que esto antes no era así. O sí era, pero más callado. O uno no se daba cuenta. No sé.”
  — Doña Ofelia, filósofa popular de acera.

“Todo está mal desde que inventaron los precios. Antes, como era gratis, dolía distinto.”
  — Yusnavi, joven cronista espontáneo del desastre.

El reportero intentó contrastar las versiones, pero cada persona lo mandaba a hablar con “la señora del moño que lo sabe todo”. Ella, al ser entrevistada, respondió:

“Yo no doy declaraciones sin pan en la mano.”


🎙️ Conclusión editorial:

Las entrevistas callejeras, lejos de aportar claridad, confirman el caos como forma de sabiduría compartida. En la Cuba real, cada respuesta es un poema oral, una evasión artística, o una forma elegante de decir “pregúntale a otro”.