En un giro inesperado de los acontecimientos eclesiásticos, el recién electo Papa Inocencio XXV, de nacionalidad ambigua y discurso viral, sostuvo un encuentro privado con el expresidente y eterno influencer político Donald J. Trump.
Durante la reunión, celebrada en lo que testigos describen como una “capilla provisional decorada con columnas inflables y banderas mal planchadas”, el Papa le otorgó a Trump el título honorífico de “Patriarca del Populismo Mundial”, por “su incansable labor en dividir a las masas con estilo”.
“El populismo no es ni de izquierda ni de derecha. Es una revelación, un don divino disfrazado de tuits”, declaró el Papa mientras bendecía un sombrero rojo con agua de Kentucky.
Trump, visiblemente emocionado, respondió:
“Gracias, Su Santidad. Dios me eligió, y ahora usted lo confirma. Build Back Bible.”
La ceremonia incluyó cánticos gregorianos remixados por DJ Giuliani y una lectura del Apocalipsis en clave de meme. Al finalizar, ambos líderes intercambiaron regalos:
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El Papa recibió un ladrillo del muro original.
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Trump se llevó un rosario con cuentas en forma de dólares.
Las reacciones no se hicieron esperar:
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En Roma, algunos fieles organizaron un rezo colectivo para pedir una actualización del Espíritu Santo.
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En Miami, se agotaron las camisetas con el eslogan: “Un Papa, una Trumpeta”.
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En La Habana, un grupo de abuelos discutió si esto era una metáfora o simplemente una noticia muy mal contada.
🗣️ Cita destacada:
“Yo no sé si fue un sacrilegio o una estrategia de marketing, pero estuvo entretenido.”
— Cardenal anónimo en condición de testigo.
